Los preparativos para llevar los restos mortales de la reina Isabel II desde el castillo escocés de Balmoral, donde murió, a la capital escocesa, Edimburgo, y después a Londres continúan este sábado mientras palacios y castillos siguen recibiendo flores y tarjetas de la gente.
A la espera del funeral de Estado, que tendrá lugar el lunes 19 de septiembre a las 10.00 GMT, los británicos tendrán la oportunidad de dar el último adiós a la que fue su soberana en los últimos 70 años en la catedral de St Giles, en el corazón de Edimburgo, o en el palacio de Westminster, la sede del Parlamento en Londres.
Las calles de la capital escocesa han empezado a prepararse para la llegada este domingo del féretro al palacio de Holyroodhouse, residencia real, desde donde será trasladado al día siguiente en procesión hasta la catedral de St Giles, un templo de estilo gótico.
La Policía de Escocia ha empezado a cerrar los accesos al centro histórico de Edimburgo de cara a este evento.
Los restos serán traslados
Este domingo, el féretro con los restos mortales de la reina partirá sobre las 10.00 hora local (09.00 GMT) por carretera desde Balmoral, en el noroeste de Escocia, hasta Holyroodhouse, un recorrido que llevará varias horas, una vez que el cortejo fúnebre pase por las localidades escocesas de Ballater, Aberdeen y Dundee.
El domingo por la tarde, el féretro permanecerá en la residencia de Holyroodhouse, ubicada frente al Parlamento regional escocés.
La ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, dijo este sábado que "Escocia ha perdido a una de sus servidoras más dedicadas y queridas. El dolor que hemos visto en todo el mundo ha sido profundo y profundamente conmovedor".
El lunes, los restos serán trasladados a través de la avenida Royal Mile, que une Holyroodhouse con el castillo de Edimburgo, hasta St Giles, donde el féretro permanecerá 24 horas, cubierto con el estandarte real, para que la población pueda rendirle tributo.
Miembros de la familia real irán en procesión tras el féretro hasta la catedral, donde habrá un servicio religioso, antes de que el martes los restos mortales sean llevados a Londres.
Aunque en un principio estaba previsto que el féretro fuera llevado en el tren real desde la estación de Waverley, en Edimburgo, hasta la estación de King's Cross, en Londres, se hará en un avión oficial hasta una base militar londinense, en el que viajará la princesa Ana, la única hija de la reina Isabel II.
En la capital, el féretro será trasladado al palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real, donde permanecerá unas 24 horas. El miércoles se iniciará el cortejo fúnebre desde el palacio hasta Westminster Hall, el área más antigua del Parlamento.
Es en este gran espacio donde el féretro permanecerá durante cuatro días, cubierto con el estandarte real y custodiado por los guardias reales mientras la población accede para darle el último adiós.
Durante los cuatro días en que Isabel II yacerá en capilla ardiente "de Estado", por estar en el Parlamento, los miembros de la familia real se irán turnando para hacer guardia junto al féretro, una tradición que lleva el nombre de "la vigilia de los príncipes".
En los días siguientes, habrá diversos ensayos para el esperado funeral de Isabel II, que se prevé sea un acontecimiento rodeado de pompa, con el desfile de los guardias reales y otros regimientos, entre ellos los escoceses, que harán sonar sus gaitas.
El próximo fin de semana empezarán a llegar a Londres jefes de Estado, primeros ministros, presidentes y miembros de otras casas reales para el funeral de Estado que Isabel II recibirá en la Abadía de Westminster, donde la reina se casó en 1947.
EL FUNERAL EN LA ABADÍA DE WESTMINSTER
El día del funeral, el féretro será llevado desde el Palacio de Westminster hasta la abadía en un carro de cañón, que marineros tirarán con cuerdas, en vez de hacerlo con caballos.
Por detrás del féretro irán el rey Carlos III, el príncipe de Gales, Guillermo, heredero al trono británico, así como otros miembros de la familia real, un evento que será seguido por televisión por millones de personas en el Reino Unido y el mundo.
Tras la despedida a Isabel II, sus restos serán llevados a la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, para ser depositados junto a los de sus padres.